El año pasado fue Jimmy Jump el que se encargó de interrumpir la ceremonia de los Goya dando botes por el escenario y dejando en evidencia la poca seguridad de los premios de la academia del cine.
Este año, los Goya han quedado más empañados que nunca por los intrusos. Antes de que Isabel Coixet pudiera anunciar el premio al mejor actor, un espontáneo llamado “El Muletilla” saltó de su asiento, gritando ”apretacocreta me tiro al ruedo” y, una vez conseguió llegar hasta los micros, añadió “queremos hacer el primer ‘western’ extremeño. Productores, veniros a Extremadura”, mientras una resignada Coixet asentía a sus palabras.
No sabemos si conseguirá su objetivo de que algún productor de cine se moleste en ir a Extremadura, pero lo que si que consiguió fue ser TT en Twitter y que el resto de la noche sólo se hablara de él en las redes sociales.
Cuando las fuerzas de seguridad consiguen retirar al tal Muletilla del escenario, poco después, un miembro de los Anonymous, la organización revolucionaria de internet, también marcaba un momento de confusión saltando e intentando llamar la atención de las cámaras desde la primera grada del público. Este incidente fue solventado mucho más rápido que el interior y sólo los televidentes lo notaron por unos segundos.
La cuestión es que, últimamente, los Goya no se celebran en paz, y menos tal y cómo están de turbulentas las aguas con la Ley SOPA y la Ley Sinde, a punto de empezar a actuar este mes que viene.
De todas formas, no todo quedó ensombrecido por la acción de los “aguafiestas”. Otro de los eventos remarcables de la noche fue la reaparición de Silvia Abascal, de la mano de Miguel Ángel Silvestre, tras su completa recuperación del ictus cerebral que sufrió en abril.
Y, por supuesto, lo que muchísima gente estaba esperando: los modelitos de los asistentes. Poca variedad nos ofrecieron, porque podríamos decir que todas las actrices iban a igual: tonos pálidos, rojo, blanco, negro… ¡Y ya está! Y, para quien no se lo crea:
Cuando las fuerzas de seguridad consiguen retirar al tal Muletilla del escenario, poco después, un miembro de los Anonymous, la organización revolucionaria de internet, también marcaba un momento de confusión saltando e intentando llamar la atención de las cámaras desde la primera grada del público. Este incidente fue solventado mucho más rápido que el interior y sólo los televidentes lo notaron por unos segundos.
La cuestión es que, últimamente, los Goya no se celebran en paz, y menos tal y cómo están de turbulentas las aguas con la Ley SOPA y la Ley Sinde, a punto de empezar a actuar este mes que viene.
De todas formas, no todo quedó ensombrecido por la acción de los “aguafiestas”. Otro de los eventos remarcables de la noche fue la reaparición de Silvia Abascal, de la mano de Miguel Ángel Silvestre, tras su completa recuperación del ictus cerebral que sufrió en abril.
Muchos son partidarios a que la gala fue tan aburrida como la variedad de vestuario de las actrices y que sólo los intrusos consiguieron animarla un poco. ¡Hasta lo agradecen!
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